La Alimentación Consciente es cada vez más recomendada para lograr un buen comer y disfrutar más los alimentos.
Llevar una dieta balanceada que incluya todos los grupos de alimentos es uno de los retos a los que niños y adultos se ven expuestos todos los días; además muchas personas comen fuera de casa por el ritmo actual de vida que está lleno de actividades. Aunque no debemos perder de vista qué comemos, es muy importante poner atención a cómo comemos para que nuestro organismo aproveche al máximo la experiencia diaria de comer.
La Alimentación Consciente (Mindful Eating, en inglés) es un concepto cada vez más empleado en las recomendaciones para lograr un buen comer y disfrutar más los momentos en los que consumimos los alimentos, pues se centra en el grado de consciencia con el que comemos.
Comer prestando atención e identificando los alimentos que se ingiere, evita que se consuma grandes cantidades de forma impulsiva o como respuesta al estado de ánimo o a las emociones que se experimentan.
La Alimentación Consciente o Mindful Eating, es un concepto que se está posicionando como una nueva alternativa para lograr una alimentación saludable. Usualmente nos preocupamos por qué comemos pero no por cómo lo hacemos y en este punto es donde radica el la cantidad y el tipo de comida que ingerimos.
Comer con consciencia no es imposible, aplica estas técnicas a tu rutina diaria y evita comer cuando estés estresado o triste, busca opciones para liberar tu estrés con meditación o actividad física. Disfruta tus alimentos y de los beneficios que trae a tu vida comer en forma balanceada.
El Instituto de Nutrición y Salud Kellogg’s (INSK) comparte cinco consejos para que niños y adultos logren alimentarse de forma consciente:
- Bebe un vaso con agua simple antes de comer, esto evita confundir el hambre con sed y fomenta centrar la atención en el cambio de actividad a la comida.
- Procura comer sentado y acompañado para mantener la calma, comenta con la familia o compañeros de trabajo sobre el día, el estar conversando dará un mayor tiempo entre bocado y bocado.
- Come despacio. La hora de la comida no es una carrera de velocidad, mastica cada bocado para sentir su textura y sabor; así será más fácil darte cuenta en qué momento tu cuerpo está satisfecho y no comer solo por terminar lo que hay en el plato. Si tienes hijos, aprovecha para hacerles preguntas sobre qué texturas y sabores identifican en cada uno de los platillos.
- Apaga la televisión y mantén lejos el teléfono móvil. Si comes al mismo tiempo que ves televisión, hablas por teléfono o revisas tus redes sociales, perderás de vista qué cantidades estás consumiendo y será difícil identificar cuándo ya estás satisfecho. Prefiere ambientar con música suave o conversación relajada.
- Conoce tu comida. Reflexiona sobre tu comida: ¿incluiste los diferentes grupos de alimentos?, ¿identificaste cuando estabas satisfecho?, ¿Involucraste todos tus sentidos en la experiencia de comer? Puedes hacer este ejercicio a manera de juego con los más pequeños de la casa e incluso, puede servirte para que acepten nuevas verduras y frutas.