Me encontraba ahondando sobre los retos que se vienen para Colombia, y entre esos problemas, lo trivial y lo fundamental relucieron. Temas como: la profunda crisis respecto a la calidad y cobertura de la educación y el sistema de seguridad social, la necesidad de más vías y carreteras rurales que provengan del campo para agilizar la comercialización y el abastecimiento de productos de la canasta familiar cultivados por nuestros campesinos, las pocas oportunidades para los jóvenes en materia empleo y el nefasto devenir de los adultos mayores. En fin, se hace evidente la necesidad de darle un giro de 180 grados y robustecer la infraestructura social y productiva en donde históricamente no ha existido presencia Estatal, producto de la centralización que data de los tiempos de la Colonia.
Si continúo nombrando los grandes problemas de Colombia, no me alcanzarían los caracteres para terminar la lista, no obstante, existe un imperante, que aunque trillado por un sector de la opinión pública, debería ser la prioridad de cualquier candidato presidencial en esta contienda electoral.
Me refiero a la consecución de la Paz Territorial en el marco del cumplimiento de los Acuerdos de Paz realizados en la Habana con las FARC - EP, -hoy constituidos como partido político y no como guerrillas-. Lo anterior es importante, toda vez que en estos acuerdos, más allá de lo que muchos afirman, trascienden las esferas de los mitos macabros sobre la impunidad, salarios para los exguerrilleros, etc.
Los Acuerdos de la Habana, nos guste o no, se acercaron de manera determinante a la reivindicación con los campesinos y con las víctimas del conflicto que esperábamos desde comienzos del siglo pasado, en un tema hito como lo ha sido la distribución y la titularidad de tierras en Colombia como motor de integración rural.
Además, se planteó la posibilidad de la necesidad de garantías de participación para grupos que representan oposición a la oligarquía colombiana o alternativas ideológicas diferentes, mediante la regeneración de la democracia desde una necesaria Reforma Política.
Es entonces cuando pienso en las opciones del liberalismo a la orden del día. Las dos personas más idóneas para liderar una agenda pública que promueva la paz desde y para los territorios, personas de regiones y sobre todo muy liberales; Juan Fernando Cristo, cucuteño, quien fue el autor durante su periodo en el Congreso de la República como Senador, de leyes importantes tales como: el estatuto de ciudadanía juvenil, la ley de víctimas y restitución de tierras (el mayor logro en su carrera política), impulsó la reforma que eliminó la reelección y jugó un papel fundamental como Ministro del Interior, dándole prioridad en su gestión al fortalecimiento político de los jóvenes y siendo el conductor del Gobierno para la refrendación y el trámite legislativo de los Acuerdos de Paz.
Del otro lado de la oferta del liberalismo se encuentra el caldense Humberto de la Calle Lombana, quien tiene una hoja de vida pública admirable; fue Magistrado de la Corte Suprema, Vicepresidente de la República, Embajador de Colombia ante la OEA, y su último rol, que me atrevo a decir, es el de más resonancia para esta generación: fue el jefe el equipo negociador del Gobierno para la construcción de los Acuerdos de Paz con las FARC - EP.
En definitiva, y con más convicción que nunca, la respuesta a esta reflexión es que, el Partido Liberal cuenta con las personas más idóneas para liderar el barco en este mar de profundas desigualdades que enfrenta el país.
Si creíamos que la historia de esta generación se dividía entre antes y después del plebiscito, estamos muy equivocados. Ahora más que nunca, necesitamos a esta generación motivada por la empatía y solidaridad hacia nuestro prójimo y hacia las personas más necesitadas de Colombia.
Este 19 de noviembre ¡Vota! Y participa en la Consulta Liberal, la cual es abierta, es decir, todos los ciudadanos habilitados para votar, podemos incidir en la elección del candidato del liberalismo y futuro Presidente de la República.
¡Colombianos, a la carga!
Ana Carolina Alzamora Bustamante
Directora Nacional
Organización Nacional de Juventudes Liberales
@AnaAlzamoraB