Médico usando una tableta para telemedicina

Según la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (ACEMI) las consultas por telemedicina han crecido más de 2.500% durante la pandemia. La telemedicina en el contexto actual es una oportunidad de adopción de nueva tecnología, lo que definitivamente será muy importante en la regulación, nuevos modelos de negocio y su futura adocpción como estándar de atención de salud.

Las soluciones en telemedicina facilitan la detección y monitorización de pacientes en línea, con el apoyo de centros de llamadas externos, evitando visitas innecesarias a médicos generales y hospitales mediante el monitoreo remoto de la gran mayoría de los pacientes con COVID-19 que están en cuarentena en el hogar. Los pacientes infectados pueden controlarse de forma remota a través de cuestionarios inteligentes sobre su situación en el hogar y el estado de salud, identificando si es necesaria una intervención.

“Las personas están viendo el valor de la telemedicina durante esta crisis. Una vez que la pandemia haya quedado atrás, esta solución será esencial y continuarán trabajando de esta manera. Para los pacientes y profesionales de la salud hará parte de la normalidad del sistema de atención. El brote de COVID-19 presenta una oportunidad para prepararse frente a futuros escenarios donde la sobrecarga podría afectar la prestación de atención hospitalaria y la seguridad de los pacientes”, expresó Fabia Tetteroo-Bueno, vicepresidente sénior y gerente general de Philips para Latinoamérica.

¿Qué tipo de tecnología debe tener una clínica u hospital para enfrentar la crisis actual?

Los sistemas de salud deben contar con una solución completa de informática de la salud, por ejemplo, debe integrar todas las áreas de la institución, contactando los puntos de atención de los pacientes y optimizando diversos procesos como: el ingreso de pacientes de forma más rápida y segura, la toma de decisiones clínicas basada en datos relevantes, procesos y protocolos estandarizados, entre otros.

Más allá de los equipos médicos necesarios para soportar la atención de la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos: monitoreo de pacientes, soluciones de ventilación y cuidado respiratorio, entre otros), las dos áreas de valor para abordar la COVID-19 se centran en garantizar la seguridad del personal y la eficiencia en la prestación de atención al paciente. La telemedicina puede ofrecer esto, por ejemplo, conectando organizaciones más pequeñas como centros de salud con servicios de telemedicina administrados por programas en instalaciones hospitalarias más grandes o con mayores recursos, aprovechando estos a través de audio video y algoritmos habilitados para inteligencia artificial que permitan ayudar a identificar a los pacientes en riesgo de deterioro.

Así mismo, los informes presentan con precisión los datos sobre las poblaciones de pacientes y permiten analizar la data para la toma de decisiones informadas en el futuro. Para los contagiados en el hogar, la monitorización remota aprovecha las redes de conectividad a nivel del consumidor como WiFi y 4-5G para recopilar datos del paciente, incluidos la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la temperatura.

Durante períodos más largos de cuarentena, se puede proporcionar la telemedicina a los miembros de la familia para que los visiten de manera virtual y así brindarles comodidad y contacto.

“La implementación de la telemedicina tiene que ser una verdadera asociación entre las compañías del sector privado que brindan la tecnología, los proveedores de atención médica, los sistemas de salud y el gobierno que necesita revisar la regulación inherente a los servicios de salud para facilitar la integración, abordando también los desafíos de privacidad cuando se trate del intercambio de datos de pacientes. La interoperabilidad es un gran reto. Desde una perspectiva de TI de salud, estos sistemas de registro deben comunicarse entre sí para permitir el intercambio de datos sin problemas con respecto al estado del paciente”, afirmó Tetteroo-Bueno.

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